SEGUNDA
PARTE
Cuando fuimos a la agencia de viajes a
contratar el viaje, lo tuvimos bastante claro. China fue el destino elegido. Conocer
otro continente y otra cultura ha sido muy interesante. Cada viaje y cada lugar
tiene sus encantos. Sólo es cuestión de buscarlos. En un tour organizado,
durante quince días visitamos Pekín, Xian, Guilín, Hangzhou, Suzhou y Shangai
con guías locales. Todas son grandes
ciudades de millones de habitantes y con mucho tráfico. En cada ciudad vimos
los lugares más importantes.
En Pekín visitamos
la famosa plaza de Tiananmen, el Palacio Imperial, el Palacio de Verano con su
lago, el complejo Olímpico, el camino de las Tumbas Sagradas y por supuesto, la
Gran Muralla.
En Xian, el Museo de Guerreros de Terracota, la
Pagoda de la Oca Salvaje y el Barrio Musulmán y su mezquita.
En Guilín hicimos
una travesía preciosa por el río li. Visitamos el pueblecito Yangshuo, una
aldea muy humilde, y los campos de arroz. Por la noche paseamos por el borde
del Lago de las Pagodas Sol y Luna. Otro día nos llevaron a la Cueva de la
Flauta de Caña.
Ya en Hangzhou
fuimos al Templo Budista Lingyn, paseamos en barco entre los lagos del Este y
el Oeste. Visitamos una casa de Te y una Farmacia-Museo antigua aún en funcionamiento.
A estas alturas de viaje ya estábamos más que cansados pero llegar a otra
ciudad nueva nos daba nuevas energías. Y así continuamos por Suzhou, viendo los
Jardines Clásicos Patrimonio de la Humanidad, paseando en barco por los canales
y visitando la Pagoda de la Colina de Tigre Blanco.
El último
destino del viaje fue Shangai. Aquí hicimos
4 días recorriendo el Bund (malecón), los rascacielos del Pudong, subimos al
tercer edificio más alto del mundo, caminamos por el Barrio Francés. También
fuimos al templo del Buda Feliz, a Shangai Old Street, a People´s Square y
Nanjing Street. Regateamos por las tiendas del mercadillo de Jinyan, paseamos
por la zona antigua y aun nos dio tiempo de ver un par de museos y comer por
los puestecillos de People´s Park.
Seguro
que os habéis estresado sólo de leer nuestro itinerario jajaja Terminamos
realmente cansados, entre madrugones, caminatas y los casi 40º diarios…pero
viajar es así. ¡Y felices de hacerlo! Lo que más me gustó: callejear por las
zonas más antiguas y menos comerciales, donde compran los propios chinos. Lo peor:
el caos, desorden y falta de limpieza de las calles. Y la mala educación de los
chinos que no saben esperar, ni hacer colas sin empujar…Vimos la China más
moderna y la más profunda. Quizás nos habría gustado poder conocer más sobre la
gastronomía china, pero fue imposible. La mayoría de las comidas organizadas
eran tipo buffet, demasiado occidentalizado. Y yendo por libre en la calle la
diferencia idiomática hacía que no entendiéramos nada de nada, porque apenas
saben inglés. Pedir agua mineral era toda una odisea, así que como para
preguntar qué llevaba la comida que veíamos en los puestos callejeros. Ya que
hablamos de comer, os enseñaré las cosas que vimos y comimos.
En Pekín la
guía nos dejo media hora en un mercado de abastos. Aprovechamos para comprar
algo de fruta: unas manzanas, unos plátanos, unos rambutanes y un fruto de
dragón. Es una fruta ligera y un poco insípida, es baja en azúcares y tiene
semillitas negras parecidas a las del kiwi. También compramos unas quisquillas
en salazón que se pueden comer como pipas.
Cuando llegamos a los puestos de panadería y
comidas sólo nos quedaban 10 min. y apenas pude hacer unas compras rápidas sin
entretenerme a preguntar nada. Compré un muffin con sésamo, una rosquilla y un
pan de aceite megacalórico.
En Suzhou
en la parte antigua compré un pastel de luna en un puestecillo de la calle.
El pastel de luna se toma tradicionalmente en
el Festival de Mitad de Otoño. En esta fiesta se adora la luna y consideran
estos pasteles imprescindibles para la ocasión. Los hay de diferentes rellenos.
El que yo compré por fuera era tipo pasta brisa y estaba relleno de pasta de
bellota de flor de loto y yema de huevo en salazón que simboliza la luna llena.
Tienen un relieve de caracteres chinos en la parte de arriba que pone
‘longevidad’ y ‘armonía’, además del nombre de la panadería y del relleno.
En Xian vi
unas cuantas bakeries y entré en una.
Compré un paquete de pastas variadas. La mayoría de los dulces eran de
influencia europea. Pero diferían mucho en sabor, ¡les faltaba azúcar a
puñados!
Esto creo que fue en Shangai.
No sé por qué nos dejaban tan poco tiempo en algunos sitios para callejear. A
muchas cosas no pude ponerles nombre. Tendré que investigar por la red.
Este dulce es a base de arroz glutinoso y lo
marrón no sé qué es.
También vimos frutas caramelizada en
brochetas.
Bueno, espero que os hay gustado este resumen gastronómico
de nuestro viaje. No os aburro más, la próxima entrada prometo que llevará receta.
Lo juro por Shin Chan.
Hola Leire , que envidia me das!! vaya viaje mas chulo, aunque veo que un poco estresante de tiempo, pero a veces es asi.
ResponderEliminarY como nos caracteriza a las amantes del buen comer, sacando fotos de comida a diestro y siniestro, jajaj, yo me incluyo porque hago lo mismo.
Un beso . Glo
Joooo que envidia ....me recuerda mucho a mi viaje de novios yo fui a Thailandia....Alli tambien habia puestos de comida por todas partes...
ResponderEliminarBesitossss.....
jopee qué gozada!! La fruta del dragón!! la primera vez que oigo (leo) hablar de ella... increible!! Se agradece que nos acerquéis el mundo, así se conocen más cosas ;) gracias bella!!
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