Por si no lo sabéis, aquí la menda esta a punto de casarse con un valenciano. Sii, y mi Carlitos tiene la suerte de tener dos abuelas nonagenarias. Una de ellas, la abuela Amparito, nos enseñó el año pasado a hacer esta receta. Es típica de la festividad de Fallas. Es para ponerse una mañana o una tarde entera dale que te pego. Y como resultado tendremos Buñuelada para todo el vecindario. Comeremos a todas horas y sin poder evitarlo, uno detrás de otro hasta tener dolor de barriga jeje ¡Avisaos quedáis!
1kg de calabaza (mejor asada que cocida)
500-600gr de harina
50gr levadura fresca
1 sobre doble de gaseosa
Aceite vegetal para freír
Azúcar para rebozarlos
Para asar la calabaza, la haremos rodajas gruesas y la podremos sobre papel de aluminio en una bandeja de horno a unos 180º hasta que esté tierna. Pesamos un kilo de pulpa sin corteza ni pepitas y el resto lo guardamos para otra cosa.
Necesitamos un bol bien grande o un barreño. Pondremos la calabaza y la aplastaremos con un tenedor hasta que esté hecha puré. Ahora se le añade la harina poco a poco. La mejor forma de mezclarlo es a mano para ir viendo la consistencia. Tiene que quedar una masa pegajosa, que al coger con la mano se nos medio escurra.
Le mezclamos la levadura bien desmigadita y amasamos sin miedo a pringotearnos. Y por último añadiremos los dos sobrecitos de la gaseosa. Lo amasaremos lo justo para mezcla los polvos. Y ahora lo tapamos con un paño húmedo y lo dejamos en un lugar cálido de nuestra cocina hasta que doble su volumen.
Ahora viene lo más difícil. Veamos cómo os lo explico. Tendremos que engrasamos un poco las manos para que no se nos pegue la masa. Hay que coger un poco de masa con una mano y al acercarla al aceite, con la otra mano le metemos el dedo en el centro y tiramos un poco para formar el agujero. Hay que ser rápido. Y aunque al principio nos cueste un poco, con la práctica nos irán quedando mejor. Doramos el buñuelo por los dos lados y lo sacamos a una bandeja con papel absorbente.
Sólo nos queda rebozarlos en el azúcar y comerlos. ¡Están buenísimos!
Como salen muchísimos buñuelos, nosotros guardamos en un taper en la nevera los que no vamos a comer. Cuando vayamos a comerlos, los calentamos un poco en el microondas y los rebozamos con azúcar. Aguantan bien un par de días. Bueno pues me despido de vosotros hasta dentro de un par de semanas. Ya que nos vamos a Carcaixent a ver a la familia, que ya toca. ¡Nos vemos!
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